Desde el pasado 1 de octubre conocimos gracias a la información publicada en la revista “Foreign Policy”, que el gobierno de EEUU ha comenzado a negar visas a las parejas del mismo sexo de diplomáticos y trabajadores de la ONU que no estén casados. Además la administración Trump ha decidido que aquellas parejas del mismo sexo que ya están dentro de los EEUU deberán casarse antes de que finalice el año o abandonar el país.
En referencia a esto, el Secretario General de Juventudes Socialistas de España, Omar Anguita, ha manifestado que “es una medida discriminatoria que atenta contra las libertades más básicas para las personas, vulnerando derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como es a la no discriminación por motivos inherentes a la persona como raza, sexo, color, idioma o religión o cualquier otra condición”.
Para Luis Lorente, Secretario LGTBI de la organización juvenil socialista, “el gobierno del Sr. Trump debería recordar que fue precisamente la ONU quien dictaminó que nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o su reputación, que es lo precisamente significa esta medida discriminatoria del gobierno de EEUU”.
Por su parte, la Secretaria de Política Internacional, Adriana Maldonado ha señalado, que “al obligar EEUU a que aquellos diplomáticos y trabajadores de la ONU a tener que demostrar que están casados para obtener una visa, automáticamente están obligando a aquellas personas de países en donde no existe el matrimonio igualitario a tener que elegir entre su trabajo en la ONU, o la separación familiar”
Por último, Maldonado ha señalado, que “en la actualidad solo en 12% de los Estados miembros de la ONU tienen legalizado el matrimonio igualitario, por lo que además se expone a las personas a un riesgo de sufrir represión en caso de volver a un país en donde la homosexualidad está criminalizada. Eso, sencillamente, además de ilegal, es pura maldad”.