Con motivo del Día Internacional contra la explotación y tráfico de mujeres, niñas y niños, Juventudes Socialistas de España (JSE) lanza la campaña «Si juegas con ellas, no les das salidas» con la que denuncia las desoladoras cifras que organismos internacionales arrojan sobre lo que la organización socialista juvenil ha denominado «la esclavitud del siglo XII», y con la que recuerda que la trata «no es un juego que se termine con apagar la pantalla».

Según Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo, entre cuatro y cinco millones de personas son víctimas de trata, de las cuales el 80% son mujeres y niñas, y en el caso de la trata con fines de explotación sexual ascienden al 98%.

Los datos de España no son, en absoluto, alentadores ya que según la Red Española contra la trata, más de cuarenta mil mujeres son explotadas sexualmente en nuestro país, además, encabezamos la lista de países europeos en consumo de prostitución según el Consejo de Europa y Naciones Unidas.

Ante estos datos, el Secretario General de JSE, Nino Torre, muestra su pesar y señala que es un «fracaso de la humanidad que en pleno siglo XXI el tráfico de personas siga existiendo y creciendo cada año». Asimismo, expone que hay que prestar especial atención a las y los menores. Según Save the Children, una de cada tres víctimas son menores de edad y como alerta Naciones Unidas, la trata de menores va en aumento en todo el mundo. «Estos niños y niñas necesitan protección y medidas específicas de infancia, hay que hacer todo lo posible para sacarlos y evitar que caigan en manos de estas mafias sin escrúpulos» afirma.

Para Torre, «es necesario poner todos los medios posibles contra esta flagrante violación de los derechos humanos, pero sobre todo pensando en la raíz del problema» y explica que «no se puede obviar que existen unos factores sistemáticos o subyacentes que ahondan en la vulnerabilidad de las víctimas que caen en esta esclavitud del siglo XXI, como la pobreza, la discriminación por razón de género y la violencia machista, y la desigualdad en general». «Combatir esas injustas realidades socioeconómicas deben ser la base de la acción frente al tráfico y explotación de mujeres y menores» determina.

En este sentido, las y los jóvenes socialistas reclaman una Ley Integral en esta materia enfocada a la prevención que establezca instrumentos para combatir la desigualdad y generar oportunidades así como prevea programas y servicios de protección social y recuperación integral de las personas que han sido explotadas.

Por su parte, María Márquez, Vicesecretaria General y de igualdad de JSE,  recuerda que “el Convenio de Estambul incorpora la trata y la explotación sexual como una nueva forma de violencia de género y una violación de los derechos humanos”. Por ello, continua la joven socialista, «es una vergüenza escuchar al Ministro de Justicia que no es un tema prioritario, con un Gobierno que se tapa los ojos ante este asunto nunca acabaremos con esta violencia machista que tiene explotadas a millones de mujeres y niñas. Cualquier persona con un mínimo de conciencia y humanidad se escandalizaría con esas declaraciones».

En este sentido, Márquez explica que desde JSE exigen al Gobierno de España que «de forma inminente dote presupuestariamente la Ley socialista de Violencia de Género del año 2004, e incluya en ella esta modalidad de violencia de machista». Del mismo modo, la organización socialista cree necesarias iniciativas desde las Comunidades Autónomas, «como la estrategia contra la trata de mujeres y menores con fines de explotación sexual que ha puesto en marcha el Gobierno de Andalucía, una clara muestra de compromiso para acabar con este tipo de violencia machista» concluye la Vicesecretaria General.

Finalmente, aprovechando que el pasado miércoles fue el Día Internacional de la Paz, Juventudes Socialistas recuerda que por culpa de los conflictos y las situaciones de emergencia de las que huyen miles de personas en la actualidad, la trata y la explotación se cobra cada vez  más víctimas ya que su exposición y vulnerabilidad les convierten en el objetivo fácil de traficantes.