Llevamos semanas viendo anuncios y escaparates engalanados con corazones y mensajes románticos, y todo con el fin de aumentar las ventas de cara a San Valentín. Todos los años en febrero nuestra sociedad enaltece el amor romántico, y este año Juventudes Socialistas de España (JSE) ha aprovechado para enviar un mensaje a las y los jóvenes de nuestro país: que este San Valentín «no intenten comprar el amor, porque no se puede, no es cuestión de regalos, sino de cariño y respeto día a día». Del mismo modo, han alertado sobre el amor romántico, «una trampa que hay que desmontar para alejar a la juventud de las relaciones tóxicas». Así lo ha explicado Nino Torre, Secretario General de JSE, para quien es fundamental «sensibilizar a la juventud sobre los mitos del amor romántico que perpetúan la violencia de género y promover relaciones de respeto y de iguales».
Porque según ha advertido el Secretario General «existen unas ideas generalizadas, a la vez que erróneas, sobre lo que es el amor, y todas con un evidente trasfondo machista». En este sentido, Torre ha puesto el ejemplo del mito de la media naranja o los celos como demostración de amor.
Tal y como ha expuesto el líder de la organización socialista, «nadie necesita a nadie para estar completo, por ello hay que trabajar para que en nuestra sociedad se consoliden otros modelos de relaciones sanos donde el desarrollo de cada una de las partes sea pleno y sin dependencia». Asimismo Torre ha puesto el acento en los celos, asegurando que «no son justificables ya que no se trata de una manifestación del amor que se siente por la otra persona sino de comportamientos egoístas e injustos con efectos represivos y, a veces, violentos».
«Como dice nuestra campaña, el amor no se controla, no se pone en duda ni, menos aún, se exige. El amor se practica desde el respeto» ha concluido Torre.
Finalmente, las y los jóvenes socialistas han advertido de otros peligros del amor romántico, como su efecto anestesia que «ciega ante la violencia machista más imperceptible, la psicológica» y el miedo a la ruptura, «el fin del amor no es un fracaso ni un trauma» han concluido.